viernes, enero 02, 2004

Postrado en Chalchihuecan

Por un instante creí que
Habíamos caminado tierra adentro
Entre el mangle, bordeando los pantanos,
Apartando del rostro las verdes hojas
Del platanillo, las guías del zacate de espigas
Y azuzando los mosquitos que nos siguen
Como enjambre.

Pensé que habíamos
Avanzado algo desde la orilla
No sé, 200 ó 300 varas
Dejando atrás el río, el estero
y la laguna que los naturales de esta tierra
llaman de Lagartos.

Creí ver a los otros
Caminando penosamente, tropezando delante de mí.
Creí escuchar sus injurias bajo este sol calcinante
Con el arrepentimiento en cada palmo de piel
En medio de esta humedad
Que amenaza a uno dejarle seco el cuerpo
Hasta la última gota.

...

Debe ser efecto del ron
De la quinina
O de la fiebre misma.

Todavía estoy aquí
Tirado en la arena
Mirando la barcaza vacía
Y los bultos regados en la playa,
Sin poder moverme
Sin dar un paso
Con la alucinante sensación de una
Muerte segura
entre labios.

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