miércoles, abril 26, 2006


Habermas contra el pollo Kentucky





Tengo hambre y necesito un sandwich o un bocadillo... de lo que sea, pero ya. Estar hambriento es transitar en estado de completa indefensión intelectual. No se puede pensar. Es imposible hilar tres ideas, argumentar, reflexionar y sacar conclusiones. Uno quiere discurrir sobre la teoría de la acción comunicativa de Habermas, alcanzar altas miras intelectuales y zas!, termina pensando en las piezas de pollo del Kentucky Fried Chicken... algo que es verdaderamente vergonzoso para cualquier comensal que se precie...

Todos reconocemos que la comida que ahi expenden está muy por debajo de lo aceptable y que existe una leyenda negra en torno a los ingredientes que utilizan para elaborar sus platillos [no por nada su receta es "secreta", si la divulgan los apresan]; sin embargo, en este preciso momento, con los jugos gástricos despedazando mi estómago, "daría mi reino por un caballo..." y mi casa por unas alitas en salsa verde.

Caramba, somos unos malditos esclavos de nuestra dimensión fisiológica: si tenemos sed no podemos trabajar y debemos abandonar todo para ingerir un vasito de agua... si estamos cansados y con sueño, hacemos lo imposible por dormir, "aunque sea 15 minutos"; si se trata de la apetencia sexual, el asunto es peor, con la líbido a 1000 grados celsius, la tentación y el desenfreno se nos presentan como ocasión para evadir responsabilidades.

¿Qué no pudimos haber sido creados de plástico, de una aleación de nikel y cobre, de aluminio, de policarbonato o ya de plano de fibra de vidrio? Digo, si hoy existen Judas Tadeos, Marias Magadalenas y Cristos de este material, ¿por qué nosotros no pudimos ser creados así?

En fin... nada peor que la nostalgia para entenderlo.

Y ya no sé por qué razón escribí esta última línea. Creo que estoy alucinando. Me falta un bocadillo, aunque sea pequeñito. Empiezo a ver puntos verdes, azules y morados en el monitor y no he tomado Ectasy... me parece que es momento de abandonar el barco y salir corriendo a comer algo: unos volovanes de Don Volo, unas gorditas de Doña Carrito, ¿un filetito con papas?, ¿unas empanadas argentinas del Gaucho?, ¿un spaguetti alfredo del Venecianos?

Que Dios bendiga lo que entra a la barriga.

martes, abril 25, 2006

Un sol de abril

De nuevo así
tirado
desnudo de ideas
a mitad de la tarde.

Todo es una quietud
infame:
los árboles y sus ramas
los autos
las nubes...
Solo el sol se mueve
en el horizonte
un sol por demás agobiante
un sol de abril
que pone sus manos
inclementes en torno al cuello
y lo aprisiona
hasta provocarte náuseas
y hacerte gemir
y suplicar el perdón a gritos.

El sudor brota
y refresca un poco:
en tanto,
la tarde sigue inmóvil
como esperando
que algo nos arranque
de la pesadilla.

lunes, abril 24, 2006

viernes, abril 21, 2006

De nuevo, ¿La Vida?

Después de la Semana Santa todo vuelve, de manera irremediable a la normalidad. Es pesado, lo reconozco, reincorporarse a la actividad cotidiana después de varias jornadas de descanso. Con las baterías más o menos cargadas, se vuelve a lo de siempre: la rutina, el trabajo, la casa, la universidad y mil avatares que, en el noble objetivo de ganarse la chuleta, se convierten en perversa fantasía.

Los días de descanso, después del periodo de evaluación académica, permitieron hacer un alto en la lectura de reportes, ensayos y demás trabajos escolares que, a veces, resultan en verdad poco menos que tortuosos.

Así, aprovechando las vacaciones auspiciadas por el buen Chuy (Decía Orlando que algo de lo mucho bueno que nos ha dejado el episodio de la Pasión Cristiana son estos días de descanso), uno se da el tiempo y la maña para volver a los vicios y las debilidades. Encomienda de por medio, fue grato poder hincarle el diente a "Sputnik, mi amor", de HARUKI MURAKAMI, la nueva leyenda viviente de la literatura japonesa.

Aquí presentaré pronto la entrega del texto reseñándolo.

En fin, que apenas el lunes escribía la Moraleja de Pascuas y hoy ya es viernes... Así que ahora viene la otra parte de la rutina: conducir a Xalapa y tomar parte de las clases de maestría; por la noche, leer o elaborar trabajos para la clase sabatina, volver al aula temprano y, tras la sesión, conducir de regreso al puerto por la tarde .

Pequeños círculos que se abren y se cierran de manera cotidiana.

Se concluye el reporte porque son las 13:30 horas y prometí a los alumnos de arquitectura ir a visitarlos a la zona de trabajo comunitario a la colonia Las Amapolas.

Pregunta capciosa... Acaso, ¿es esto vida?

lunes, abril 17, 2006

MoRaLeJa de PaScUa

Por ahora la vida
está en otra parte,
Presa del recuerdo, de la nostalgia,
aderezada con melodías de antaño:
a veces Mozart, a veces Debussy,
girando en una órbita interminable.
Cada cual víctima
de sus propias ficciones,
cada quien
pernoctando en una ruleta
a mitad de cualquier
isla perdida en el Mar Egeo.

sábado, abril 01, 2006

Sábado Nublado

Viernes de desconcierto
viaje carretero
accidente de por medio en el camino
exploración cerebral
conversaciones fortuitas
obligaciones inacabadas.

Sábado de sueño y hastío
de callecitas sucias
de reencuentros
de dolores compartidos
de cebollitas cambray
y pollo gratinado
de un vacío exultante
exultante
exultante
que todo lo traga y no deja rastro.

Sábado de nublados
con amenaza de lluvia
con chicos corriendo al estadio
con una sonrisa tímida
y muchas lágrimas
y confesiones
y cuentas saldadas.